¡No solo escuches, medita!

Hablo con algunos cristianos jóvenes que vienen a visitar la iglesia a veces, o a las conferencias. Y cuando les hablo, se pasan citando 50 pastores que están escuchando. “Estoy escuchando este sermón y aquel sermón, este sermón, ese sermón…” Y escuchan miles de sermones. Y ellos son lo más inmaduros que se puede ser. ¿Saben por qué? No meditan. Un hermano dijo esto, “Prefiero que escuchen un sermón y mediten que mil sermones y no mediten.”