La verdad nunca es arrogante

Categoría: Corte de Sermon

La verdad nunca es arrogante pero la verdad sí es un hecho. Ahora, en la proclamación de la verdad, el mensajero puede ser orgulloso, falto de amor y arrogante. Es verdad que nuestras acciones o bien confirmarán el mensaje o lo dañarán. Proclamar un Evangelio exclusivo no es la proclamación de un hombre orgulloso sino la proclamación de un hombre a quien Dios ha humillado y rescatado por Jesucristo.


Quizás estés pensando: “Oh, hermano Lee, el mundo solo piensa que los cristianos son arrogantes e intolerantes e irrelevantes”. ¿Arrogantes? Necesitas captar esto. La verdad nunca es arrogante. No implica arrogancia. La verdad es un hecho. Ahora, la manera en la que entregamos la verdad, el mensajero, el embajador puede ser orgulloso, falto de amor y arrogante. Eso es verdad. Es verdad que nuestras acciones y nuestras metodologías o confirmarán la verdad que proclamamos o la debilitarán. Pero la verdad por sí misma nunca es arrogante y orgullosa. Proclamar un Evangelio exclusivo no es la proclamación de un hombre orgulloso; es la proclamación de un hombre que ha sido humillado por la gracia de Dios que lo rescató. ¿Arrogante? No. No es arrogante. ¿Intolerante? No. No es intolerante. En realidad, los cristianos deberían de ser las personas más tolerantes en la tierra. Pablo escribe: “El amor todo lo soporta”. Eso es bastante tolerante. Pero esta tolerancia, este amor por nuestro prójimo no desafila el filo de la espada del Evangelio. La afila. Lo que no deberíamos de tolerar que a menudo lo hacemos – Yo, incluido – lo que no deberíamos de tolerar es la idea de que alguien perezca al no haber escuchado el Evangelio de Jesucristo. Eso es lo que no deberíamos de tolerar. No aceptaremos las mentiras de esta época. No estaremos de acuerdo con las falsas religiones. Defenderemos un Evangelio exclusivo que rescata a los hombres del pecado de manera poderosa. Vamos a amar a nuestros vecinos. Vamos a servir a los pobres. Vamos a ministrar a los oprimidos y vamos a compartir el Evangelio con un mundo moribundo que necesita a Jesús. ¿Intolerante? No lo creo. ¿Irrelevante? Dios no lo permita. El Evangelio es lo más alejado de ser irrelevante. Es tan relevante como cualquier cosa bajo el cielo – de hecho, muchísimo más. Es la única cura para los pecadores. Por supuesto, el mundo no consideraría la única cura para el cáncer irrelevante. Eso sería especialmente relevante. Bueno, entonces el Evangelio no es menos relevante al pecador necesitado. ¿Cómo, pues, invocarán a aquel en quien no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? Iglesia, es relevante. Así que, no dejen que el mundo les pinte como desagradables, nada cariñosos, injustos y arrogantes. ¿Acaso es nada amoroso compartir el Evangelio de la reconciliación con alguien que está alejado de Dios? No lo creo. ¿Es cruel hablar de consolaciones del Evangelio a los quebrantados de corazón? No lo creo. ¿Es arrogante ofrecer a Cristo y vida eterna a un pecador moribundo? Por supuesto que no. Así que, prediquen el Evangelio, hermanos. Usen palabras. Amen las almas de los hombres. ¿Por qué? Porque la salvación está únicamente en Cristo. El Evangelio es exclusivo.