Puede resultar fácil no permitir que nuestros cuerpos entren a lugares pecaminosos, pero ¿qué debemos hacer cuando encontramos que nuestra mente está siendo asaltada por malos pensamientos? Las luchas mentales con frecuencia son mucho más difíciles que las luchas físicas. ¿Qué debemos hacer cuando estamos en una guerra mental y nuestra mente está siendo atacada?
No hay tal cosa. Una vez le pregunté a alguien – Ellos llevan una Biblia en el tablero del carro. Les pregunté por qué hacían eso. ¿Cuál era el propósito? Él dijo que alejaba al diablo. Bueno, no encuentro que eso funcione. Claro, yo tengo la Biblia a la mano. Solo digo que todos estos encantos y fórmulas y obras legalistas son inútiles, sin valor, en la batalla de la mente. ¿Cuáles son las armas poderosas de nuestra guerra? Si son armas y si se nos insta a usarlas, ¿cuáles son? Escucha. Pensamientos feos y tontos que se exaltan contra el conocimiento de Dios solamente pueden ser contestados y derrotados por el conocimiento verdadero de la Palabra de Dios. ¿Sabes lo que derribará una mentira? La verdad. Y ese es el gran ejemplo que nuestro Señor nos dio. Jesús mismo usó este ejemplo para nuestro beneficio. Cuando fue asaltado por Satanás, tentado en todo, Él simplemente remedió la situación de la tentación citando la Escritura. ¡Mantén tu nariz en la Biblia! Guarda la Palabra de Dios en tu corazón! Entre más guardes la Palabra de Dios en tu corazón, menos pecarás contra Dios. Entre más tengas de la Palabra de Dios en tu mente, menos espacio habrá para que Satanás ponga otras cosas en tu mente y llene tu corazón con sugerencias tontas y pecaminosas. Entonces entre más conozcas la Palabra de Dios, más la puedes utilizar para contrarrestar estos pensamientos contrarios y sugerencias que exaltan la idea o la noción de algo que es tonto, que es contrario a la voluntad de Dios. Los pensamientos pecaminosos dicen: será divertido. Será bueno creer esto. Estarías más de acuerdo con esta época. Estarías más al corriente. Esa es una mentira. Y contradices esas cosas con la Palabra de Dios. Pero luego hay algo más. Agradecemos a Dios por las Escrituras, ¿no es cierto? Toda la Escritura es dada por la inspiración de Dios y es beneficial. Y encuentro que uno de los más grandes beneficios de la Palabra de Dios y el tenerla en tu corazón es el uso de la Palabra de Dios contra pensamientos sucios y odiosos. Pero hay algo más. Algunas veces somos asaltados con una tentación particularmente fuerte en nuestra mente, y en un momento, mucho tiempo, el conocimiento de la Biblia tiende a evaporarse. ¿Alguna vez has estado en ese lugar? Puedo recordar que hace unos años, estaba en mi podadora y vino a mí una tentación en particular y es casi como si olvidara todo lo que había leído en las Escrituras. Me quedé en blanco. Parecía que no podía citar nada. Nada. Nada salía. Bueno, ¿qué haces en esas ocasiones? En esos momentos debes de envolver a Jesucristo en la batalla. ¿Cómo haces eso? Clama a Él. Ora. Invoca al Señor en el día de la angustia. Ora fervientemente. Trae tu mente a la presencia de Dios. Preséntate al trono de la gracia. Consigue esa misericordia y esa ayuda que necesitas en el tiempo de necesidad. Y cuando tu mente está bajo asalto, es una hora de necesidad. Orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu. ¡Nuestro Dios es un Dios de ayuda! Él no está contra nosotros en esto, amados. ¡Él está con nosotros! Él es una ayuda. Una ayuda muy presente. Clama a Él cuando estás luchando. Clama a Él cuando los malos pensamientos te ataquen. Clama a Él cuando las mentiras son insidiosas y grandes e inteligentes. Clama al Señor. Clama a mí y yo te responderé y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces. Hay ayuda para aquellos que claman fervientemente por ella. A Dios le gusta que nos presentemos en el trono de la gracia.