Es posible aprender a estar contento

Categoría: Corte de Sermon

Debemos aprender, así como Pablo, estar contentos. No tener contentamiento es pecado y resulta de creer la mentira que dice que Dios hizo un error en nuestras vidas. Pero si llegamos a la raíz de nuestro descontento, tendremos que confesar que se debe al hecho de que no queremos someternos a la voluntad de Dios. ¿Has entregado tu voluntad y aprendido a estar contento?


¿Donde puedes encontrar el contentamiento? Y muy a menudo, los cristianos admiran el contentamiento y lo anhelan y confiesan que son extraños ante el contentamiento. Lo hacen tan inalcanzable. “Oh, si tan solo tuviera la segunda bendición qué contento estaría”. Y echan la culpa a su crianza y culpan su personalidad. Ellos dicen: “Mi madre no tenía contentamiento,” “tampoco lo tenía mi abuela…” y yo tampoco no tengo contentamiento. Pablo dice que aprendió contentamiento. Él lo aprendió. Lo aprendió. No vino a él en el camino de Damasco. Un momento, conduciendo rabínicamente furioso, y después el acontecimiento en el camino a Damasco, y desde ese momento siempre tenía paciencia. No fue así. Él lo aprendió. Él estaba en una reunión una vez- una reunión de oración – y un cristiano viejo se levantó y dijo: “Pensemos en el Salmo 23… ‘El Señor es mi Pastor, y nada me faltará”. El Pastor – ¿como mi Señor? ¿El Rey del universo es mío? Oh, nada me faltará. Voy a confiar en Él. Voy a estar contento. Pablo escuchó. Pablo aprendió como tu aprendiste viniendo aqui domingo tras domingo. Él lo aprendió. Y tú también tienes que aprender. ¿Qué fue lo que aprendió él? Primero él aprendió: no tener contentamiento es pecado. Es en contra de toda nuestra posición que nuestro Señor mira por nosotros y cuida de nosotros. Todo se está haciendo para nuestro bien. Sabes, podemos desfilar nuestro descontento porque: “La amo, pero ella no me ama a mí”. “Ella no se casará conmigo y me quejaré por el resto de mi vida”. Entonces estás diciendo que Jesús cometió un error al cerrar esa puerta. No tener contentamiento es un pecado. Segundo, es posible tener contentamiento. Aquellos de ustedes que han tenido una crianza muy difícil, es posible que aprendas a tener contentamiento. No solo unas pocas personas que son hombres y mujeres auto-integrados, inteligentes y sensatos. No solo ellos, pero también tú con todas las presiones y tensiones que has sufrido en tu vida, tú puedes ser una persona con contentamiento. Y ninguna circunstancia, ningún conjunto de circunstancias, pueden quitarte ese contentamiento. Esa es la vida cristiana. He aprendido que en cualquier estado en el que esté debo de tener contentamiento. Y después en tercer lugar, Pablo descubrió el cómo – cómo tener contentamiento. Bueno, me he quedado en el Hilton en San Antonio. Solo son $100 lo que debes de pagar el siguiente fin de semana. Voy a dar lecciones en cómo aprender a tener contentamiento. No. No. Te diré sin ningún precio y sin dinero cómo tener contentamiento. Hay que acudir a Dios y dices a Dios, “Hágase tu voluntad”. Eso es todo. Hágase tu voluntad. Yo no quiero mi propia voluntad. Quiero Tu voluntad. Y es por eso que a menudo soy una persona que no tiene contentamiento porque no me gusta la voluntad de Dios. No me gusta lo que Dios ha hecho con mi vida. Y no hay manera de que me ponga la joya roja del contentamiento cristiano sin tomar mi posición en esto: lo que yo quiero para mi vida es la voluntad de Dios. Y después cuando Dios dice: “Bien, hijo mío, esta es Mi voluntad para ti”. “Esta es la manera en la que quiero que camines”. “Quiero que seas valiente”. “Te quiero en el camino angosto”. “Quiero que mires a Mí todos los días”. Y después cuando yo sepa, bueno, es la voluntad de Dios, y no esté frustrado, no esté descontento, no esté deprimido, no esté de quejumbroso, no tenga lástima por mí mismo porque esta es la voluntad de mi Padre. Y me regocijo en hacer Tu voluntad, oh Señor. Y Jesús podría decir eso perfectamente. Y esa es mi justicia. Que el me dejó un ejemplo y yo camino en Sus pisadas. Y quiero tener contentamiento también al seguir al Salvador.