2 Samuel 21:15ff (RVR60) 15 Volvieron los filisteos a hacer la guerra a Israel, y descendió David y sus siervos con él, y pelearon con los filisteos; y David se cansó. 16 E Isbi-benob, uno de los descendientes de los gigantes, cuya lanza pesaba trescientos siclos de bronce, y quien estaba ceñido con una espada nueva, trató de matar a David; 17 mas Abisai hijo de Sarvia llegó en su ayuda, e hirió al filisteo y lo mató.
- Los gigantes “otra vez” siguen atacando, v15. Así como estuvieron al comienzo de la vida de David otra vez se encuentran al final de ella. El pecado y Satanás nunca se rinden. La guerra contra los santos continúa. La adversidad continúa. El adversario continúa atacando.
- David seguía peleando contra los gigantes. Él seguía en la batalla, peleando la buena batalla. La vida del cristiano es una lucha que debe seguir hasta el final.
- Los gigantes son mortales. Isbi-benob tenía una “nueva” espada, esto es, más afilada. Él “prometió matar” a David, esto es, el pecado y los poderes de las tinieblas no juegan. Al pecado le gustaría destruirnos.
- David no tuvo problemas con los gigantes (Goliat), hasta ahora que se encuentra “cansado” v. 15. El pecado es oportunista. El gigante atacó cuando Él se hallaba caído. Sé fuerte en el Señor en todo tiempo.
- David recibió ayuda. Abisai “le ayudó”. Hacemos bien en admitir que no somos independientes. Pablo esperaba ayuda a través de las oraciones de los santos. Todo pecado es “demasiado fuerte” para nosotros (2 S 22:19). Jamás tendremos victoria sobre el más mínimo de los pecados sin la ayuda de lo alto.
- David recibió ayuda de alguien que anteriormente lo había decepcionado. Abisai fue muchas veces motivo de frustración para David, 19:22. Pero Dios puede usar a esa persona en nuestras vidas y convertirse de verdadera ayuda cuando la ocasión lo amerita. Recuerda entonces la historia de David y Isbi-benob.
Bob Jennings