Me pregunto por qué el ayuno es tan poco empleado por los verdaderos cristianos cuando es tan común en la Biblia? Moisés ayunó y Samuel y Daniel y David y Ana y Ester, Esdras y Nehemías y Pablo y las iglesias del Nuevo Testamento. Incluso el rey Darío y también los ninivitas ayunaron al darse cuenta de su problema ante Dios. Nuestro Señor Jesús ayunó. ¿Acaso somos mejores que Él? Y Jesús en el Sermón del Monte enseñó la oración, el dar y el ayuno. La mayoría de los cristianos que profesan orar, algunos dan, pero pocos ayunan.
Me pregunto por qué el ayuno es tan poco empleado por los verdaderos cristianos cuando es una poderosa arma espiritual! “Esta clase de poder (demoníaco) con nada puede salir, sino con oración y ayuno”, Marcos 9:29. Cuando Daniel oró y ayunó algo sucedió en el reino demoníaco. Cuando Josafat y su ejército ayunaban, Dios envió ayuda angelical. Es el “arma grande”, es la artillería pesada para el soldado cristiano. Afila el borde de nuestras oraciones. Es en sí una oración silenciosa diciendo a Dios: “Estoy desesperado”.
Me pregunto por qué el ayuno es tan poco empleado por los verdaderos cristianos cuando los tiempos son tan peligrosos! La civilización está colapsando. Cada hora hay alrededor de 5000 funerales en el mundo. La nación está cargada con la culpa del aborto, la sodomía y el ocultismo. Nuestros seres más queridos están pereciendo en sus pecados. La iglesia es tan impotente, y los no creyentes se burlan, diciendo: “¿Dónde está tu Dios?”. ¿Cómo puede ser que no ayunemos cuando el 40 % de los estadounidenses son obesos y han hecho un dios de su vientre? El Señor pronunció un ¡Ay! sobre los que están llenos. ¿Cómo puede ser que no ayunemos cuando gran parte del mundo se acuestan con hambre?
Me pregunto por qué el ayuno es tan poco empleado por los verdaderos cristianos cuando las promesas, beneficios y recompensas son tan grandes! Cuando Moisés ayunó, fue vestido de gloria. Cuando nuestro Señor ayunó, Él salió en poder. Es un cambio de aceite para el alma, es un atajo para la humildad, es un inventario espiritual. Son vacaciones para nuestro vientre y limpieza para nuestro cuerpo.
¿Por qué tan pocos ayunan? ¡Incredulidad! Sutilmente decimos en nuestros corazones que “Dios no hará el mal ni el bien”. Él no hará el mal si no lo buscamos y tampoco hará el bien si lo buscamos. También es debido a la carnalidad. Vivimos demasiado para el cuerpo que para el alma, demasiado para el tiempo que para la eternidad, demasiado para nosotros mismos que para las cosas de Dios. Dios bendecirá la abnegación si se hace con los motivos correctos. Aquellas comidas que pierdes, pronto serán olvidadas, pero la bendición y la recompensa permanecerán para siempre. “Tu Padre que ve en secreto te recompensará en público” (Mateo 6:18).