Guárdate de asesinos de la sed

Categoría: Corte de Sermon

Tantas cosas en este mundo pueden matar nuestra sed por Dios. Si Dios está poniendo una sed en tu corazón para buscarlo, no dejes que otras cosas apaguen ese deseo.


Hay muchos asesinos de la sed, pero uno de ellos es cuando el Espíritu intensifica esa sed y tú la resistes. Dices, ¿qué quieres decir? Es como si lo sientes: Debes de ir a orar ahora mismo. Debes de entrar en la Palabra. “Sí, tengo que hacer esta otra cosa aquí primero.” Y después, ¿sabes qué? Es como el Cantar de los Cantares 5. Cuando llegas a la puerta, Él ya no está. No hagas eso. Cuando te llama a ir, vé. Si sientes que te esta moviendo a orar, corre al lugar de oración. Si lo sientes a Él, vé a la Palabra. Entra en los Salmos o donde sea que es; entra a los Evangelios. No lo resistas. Dices: bueno, ¿qué tal si tengo que cuidar a mis hijos? ¿Qué tal si estoy en la oficina? Mira, Él obviamente entiende esas cosas. Pero estoy diciendo esto, conoces esto muy bien: ¿cuán frecuente tendríamos que colgar nuestras cabezas con vergüenza las veces que sentimos algún llamado, alguna carga, y como un vaso de agua fria trabajando al lado opuesto, lo vertimos sobre el fuego? Eso es una cosa que no quieres hacer con agua mientras piensas lo que representa. El agua también puede ser un apagador de fuego. Hermanos, entrenen su oído porque ese Cantar de Cantares… hay una realidad. “Ven, amada mía, mi paloma. Ven.” Tu Salvador te llama a eso si tienes oído para oir. Y a veces tenemos tanto ruido o hasta Su voz penetra el ruido, pero estamos distaidos por las preocupaciones y problemas. Queremos ir ahí y lo hacemos, ¿pero sabes qué? La preciosidad que hubiésemos tenido y el incremento de sed que hubiese atendido nuestas vidas, se fue. Y llegamos a la puerta. ¿Dónde está mi Amado? No está ahí. Y ahora tengo que pasar mucho tiempo buscándolo. Puedes pensar que esto es gráfico, pero esa imagen… Él quería hacer el amor a tu alma y tus pies estaban sucios y ya estabas en cama.