Esta es la rebelión prepotente del pecador contra el Señor; no creer en Él. ¡Qué cosa! Tendemos a pensar que la incredulidad es un asunto neutral. No lo es. Y el Espíritu de Dios viene y especialmente pone su énfasis de juicio en: no has creído en el Señor de la gloria que murió por los pecadores. – Bob Jennings
En cuanto al pecado (Juan 16:8) ¿Qué pasa con su pecado? Aquí se da un poco más de definición. Dice con respecto al pecado, Juan 16:9, ¿qué? El adulterio, el asesinato, ¿algún pecado atroz como ese? No. “en cuanto al pecado, porque no creen en mí;” (NVI) Eso es lo radical… el mayor pecado. El pecado de entre todos: El no creer en el Señor Jesucristo. Resistirse a Él. Poner la confianza en uno mismo en lugar de confiar en Él. El totalmente amoroso. El objeto totalmente digno de nuestra confianza. No hay razón para no confiar en Él. No hay razón para no acudir a Él. Toda razón para que demos nuestro corazón, amor y lealtad sin ataduras al Señor de la gloria. Pecan porque no creen en mí. No sólo como un ser humano, sino por la obra que hizo en la cruz, cuando murio por los pecadores. Si te estás muriendo de cáncer y esta persona viene desde muy lejos para pagar un alto precio por el remedio y que con seguridad funcionará, ha funcionado en miles de personas que conocemos. Y usted toma y se desentiende. “No lo voy a tomar”. “No necesito eso”. ¿Qué insulto ves? ¡Qué insulto para el Señor Jesucristo que murió y derramó su sangre… y lo pisas en el polvo! La sangre fluyó en el suelo. Esta es la rebelión prepotente del pecador contra el Señor; no creer en Él. ¡Qué cosa! ¡Qué cosa!Tendemos a pensar que la incredulidad es un asunto neutral No lo es. Y el Espíritu de Dios viene y especialmente pone su énfasis de juicio en: no has creído en el Señor de la gloria que murió por los pecadores.
