La verdadera pereza no es simplemente cuando estoy ocioso, sino cuando soy indiferente con respecto a Cristo. La indiferencia con respecto a Cristo es la síntesis de la maldad.
Tercero, Los siervos perezosos son siervos malvados. Vean el versículo 26 (Mateo 25) “Pero su señor respondió, y le dijo: «Siervo malo y perezoso, sabías que siego donde no sembré, y que recojo donde no esparcí.” (LBLA) Los siervos perezosos son siervos malvados. La verdadera pereza no es simplemente cuando estoy ocioso, sino cuando soy indiferente con respecto a Cristo. La indiferencia con respecto a Cristo es la síntesis de la maldad. Escuchen… Vamos de puerta en puerta evangelizando. Y puedes ir a la puerta de alguien y básicamente creen que son una buena persona y creen que hacen el bien. Dices, “¿por qué?” “¿Por qué? ¿Cuéntame sobre tu vida?” “Bueno, a veces voy a la iglesia, y rezo mis oraciones, y doy a la caridad en la época de Navidad, y visito a mi abuela en el hogar de ancianos. Hago estas cosas. Compro donas para los compañeros de trabajo”. Pero, ¿sabes qué? No lo hacen por Cristo. Y puedes ver en esta parábola que si no tienes ningún fruto para Cristo en todos tus actos… Puede que seas una persona muy agradable y muy moral. Puede que seas el chico bueno del trabajo. Puede que tengas una gran personalidad. Puede que seas caritativo. Pero no lo haces porque amas a Cristo. No lo haces porque quieres ver a Cristo honrado. Lo haces por otras razones. Esa es la síntesis de la maldad. ¡Malvado! No vives tu vida para Cristo. Él te ha dado la vida y te ha dado todo como para que lo vuelques y lo uses todo para otra cosa. Cada privilegio, cada poder, cada centavo están destinados a ser puestos a servicio de Cristo. Necesitamos hacer un inventario espiritual. ¿Estoy usando todo para Su gloria? Extracto tomado del sermón completo: The Joy of the Lord
