La iglesia necesita ser protegida desde adentro

Los pastores tienden a pensar que los ataques a la iglesia vendrán de afuera. Sin embargo, Pablo advierte a los ancianos de Éfeso que los lobos van a atacar a la iglesia desde adentro.


Guardar la iglesia de lobos no es divertido. Es muy difícil. Pero debemos seguir el ejemplo de Jesucristo de poner nuestras vidas, de dejar de lado nuestra comodidad, de morir a nuestra reputación, y defender la iglesia de los lobos. Hoy estaba compartiendo con Mack y Tim, cuando estaba pensando en el llamado del Señor al ministerio pastoral, pensé en la responsabilidad de proteger la iglesia, pero siempre tuve en mi mente que el proteger la iglesia sería de los de afuera que trataban de entrar. Pensé: sí, la protegeremos para que la herejía no entre. La protegeremos contra las sectas que traten de entrar. Protegeremos a la iglesia de todo lo que está tratando de infiltrar a la iglesia. Pero si pusiste atención a lo que Pablo dijo aquí, él dijo: “Vendrán lobos feroces entre vosotros, que no perdonarán el rebaño, y que de entre vosotros mismos se levantarán algunos hablando cosas perversas para arrastrar a los discípulos tras ellos. Por tanto, estad alertas”. Sí, pastores, debemos equipar a nuestra gente y protegerla de ataques de afuera del enemigo en mentiras y herejías. Pero acercándome más al punto diría que debes de proteger a la iglesia de lobos de adentro infiltrándose a la asamblea, enseñando cosas perversas – a veces plena herejía y a veces al magnificar algo más que no sea Jesucristo y el Evangelio como la centralidad de la Iglesia. Una vez más, podría traer acá a cada pastor aquí y ellos pudieran dar ejemplo tras ejemplo tras ejemplo de tener que lidiar con esto en la iglesia local. Te diré que estos lobos típicamente entran a la iglesia, personas muy apasionadas, hablando mucho abiertamente con aparente gozo acerca de la Palabra de Dios. A menudo son muy vocales. Y otra característica de ellos es que a menudo les caen bien a los demás. Y la razón es que atraen a las personas a sí mismos. Pero no pasa mucho tiempo antes de que empiecen a enseñar cosas perversas a las ovejas. Y me quiero exhortar a mi mismo y a los pastores aquí: estén alertas. Guarda al rebaño desde adentro.