La necesidad fundamental del hombre es estar en paz con Dios

Categoría: Sermones Completos

¿Estás en paz? No querrás llegar a tu lecho de muerte, y encontrar que ahí no hay descanso, no hay paz. ¿Hay ahí descanso, hay ahí paz entre tú y Dios? ¿O tu vida no es descanso? Jesús dice: “¡Ven!” Y no hay nadie mejor calificado para venir y anunciar la paz. Él es el mismo que hizo la paz entre Dios y el hombre. Él tomó toda esa enemistad, Él tomó el castigo severo por todos esos pecados; para que tuviéramos paz con Dios.

Transcripción

Efesios 2:17 “Y vino y anuncio paz a vosotros que estabais lejos y paz a los que estaban cerca.” Ahora, si tú ves el versículo 18 “Porque por medio de Él, los unos y los otros tenemos nuestra entrada al Padre en un mismo Espíritu.” He estado esperando poder llegar al versículo 18. Y pensé, Oh, no hay mucho en el versículo 17. Voy a hacer solo unos breves comentarios sobre eso y me iré directamente al versículo 18, que es lo que había estado anticipando. Quiero decir, ¿Cuánto podemos decir sobre esto, cierto? “Y vino y anunció paz a vosotros que estabais lejos y paz a los que estaban cerca.” Ahora, los que “están lejos”, esos son los gentiles. Hemos estado viendo esto. Aquellos que están “cerca”, los judíos. El pronombre “El”. “Vino y anunció paz…” Sabemos quién es desde el versículo 13. “Habéis sido acercados por la sangre de Cristo.” Cristo, justo ahí, responde a todos esos pronombres. Al “Él es”, al “Él,” que seguimos recibiendo a través de estos versículos nos remonta al sustantivo ahí mismo: Cristo. Porque Él mismo (versículo ) es nuestra paz. Quien de ambos pueblos hizo uno. Derribando la pared intermedia de separación aboliendo en su carne la hostilidad, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas. Él podría crear en Sí mismo un nuevo hombre en lugar de los dos, haciendo la paz. Él podría reconciliarnos a ambos con Dios en un cuerpo a través de la cruz matando así la enemistad. Y Él - Cristo - vino y anunció paz a vosotros que estabais lejos, y paz a los que estaban cerca. Y nuevamente en el versículo 18, porque por medio de Él - Cristo - los unos y los otros tenemos nuestra entrada al Padre en un mismo Espíritu. Por cierto, versículo 18, uno de los textos clásicos que resuena con la Trinidad. Así que Cristo vino. Él le anunció a los gentiles que estaban lejos y anunció paz a los judíos. Entonces, ahí está. Grandioso. Ok. Avanzamos. Pero tú sabes, he estado buscando en ese texto. Había tres cosas diferentes que me trajeron aquí. Y después reconocí que no podía solo dejar pasar esto. Una de estas cosas era: Sabía con anticipación que Efesios 2:17 es en realidad no originalmente con Pablo. De hecho, justo en esa área donde estaba John en la hora primera, esto viene de Isaias 57. Y bueno, estaba pensando, Isaías tiene algo con qué contribuir en esto, ya que desde ahí viene ese texto. Pero entre mas lo buscaba más me preguntaba ¿tiene Pablo algo que aportar a Isaías? Lo cual creo que ambos se aportan el uno al otro. La segunda cosa que digamos me incomodó es, “Y vino y anunció paz a vosotros”. Bueno, ¿A quién le está hablando originalmente Pablo? A los efesios. ¿Cuándo Cristo predicó a los efesios? Pero después hay algo más en este versículo. Nos dice que la necesidad fundamental del hombre es la paz con Dios. ¿Sabemos realmente eso? Entonces, esos tres aspectos en este versículo, quiero que los examinemos antes de pasar al versículo 18, si el Señor permite, cuando predique la próxima vez. Probablemente dentro de 4 semanas a partir de hoy. Así que la primera cosa es estas palabras vienen de Isaías 57. Así que, volvamos allá. Veamos qué tiene que decir Isaías. Isaías 57 Y vas a notar el versículo 19. Ahora, mi Biblia comienza con “Poniendo alabanza en los labios” que lo relaciona con el versículo 18. Pero algunas traducciones comienzan básicamente poniendo punto y coma al final de esto en lugar de un punto, y lo relacionan con el versículo 19. Dios puso alabanza en los labios. De hecho, como sea eso es solo un dicho extraño. Puso alabanza en los labios. ¿Qué tiene que ver eso? Versículo 18: “He visto sus caminos, pero lo sanaré. Lo guiaré y le daré consuelo a él y a los que con él lloran, poniendo alabanza en los labios.” Tal vez, son aquellos que lloraban ahí. Creando alabanza. Pero si continuamos leyendo. “Paz, paz, al que está lejos y al que esta cerca.” Ahora, reconozco que Pablo no cita esto exactamente, pero obviamente, de aquí es de donde viene. Paz al que está lejos y al que está cerca. Y Pablo nos lo da en este exacto orden. La lejanía, al que está lejos, y al que está cerca. Cristo vino y anunció paz. “Dice el Señor, ‘Y Yo lo sanaré’”. De hecho, veamos incluso un contexto más amplio aquí. Regresemos al versículo 16. “Porque no contenderé para siempre, ni estaré siempre enojado. Pues el Espíritu desfallecería ante mí y el aliento de vida que Yo he creado, a causa de la iniquidad de su codicia me enojé. Y lo herí. Escondí mi rostro y me indigné. Y él siguió desviándose por el camino de su propio corazón. He visto sus caminos, pero lo sanaré. Lo guiaré y le daré consuelo a él y a los que con él lloran poniendo alabanza en los labios. Paz, paz, al que está lejos y al que está cerca, dice el SEÑOR, y Yo lo sanaré. Pero los impíos son como el mar agitado, que no puede estar quieto, y sus aguas arrojan lodo y suciedad. No hay paz, dice mi Dios, para los impíos”. Mientras leo esto una y otra vez, ¿sabes qué? Algo que llamó mi atención en el versículo 19, es la palabra “Él” al final. No es el pronombre que esperamos. Ahora, míralo. “Paz, paz al que está lejos y al que está cerca”, dice el SEÑOR. “Y Yo lo sanaré.” Aquellos que están lejos más los que están cerca es plural. Al que está lejos, al que está cerca. Sin embargo, el pronombre es singular. Pero ves lo que pasa aquí. Esto es lo que pasa. El Señor toma a todos aquellos que están lejos, a todos aquellos que están cerca, y Él los engloba juntos en una persona en particular: Este “Él”. ¿Quién es ese? Ahora, aquí está el punto, si tú eres un judío del Antiguo Testamento, o incluso si eres un judío del Nuevo Testamento, si tú eres judío, indudablemente tú lees esto y el “Él” es Israel. Indudablemente. Al que está lejos, al que está cerca, y podemos resumirlo todo en este solo “Él”, esta persona en particular. E indudablemente cuando los judíos leen esto, representa Israel. Al que está lejos y al que está cerca en su pensamiento puede describir a los judíos y su proximidad a la tierra de Canaán o a Jerusalén o al templo. Y esto hubiera parecido mucho más aplicable cuando tú piensas sobre los judíos. Recuerdas, aquellos en el Reino del Norte fueron llevados por Asiria. Más tarde, aquellos del Reino del Sur fueron llevados por Babilonia. Y bajo Ciro, después de eso, diferentes olas - recuerdas Esdras y Nehemías - diferentes olas de judíos regresan a Canaán, y sin embargo algunos se quedaron en Babilonia. Estaban dispersos entre las naciones, e indudablemente, un judío viendo esto hubiera pensado, al que está lejos, al que está cerca, el “Él” es una representación de Israel y el que está lejos son judíos que están lejos y el que está cerca, bueno, ellos son judíos que han regresado. Ellos están cerca. Ellos están en la Tierra de Canaán. Y los impíos del versículo 20 es según el cálculo de los judíos, el mar embravecido y toda la vasta humanidad. ¿Quién sería? Esas podrían ser las naciones. Esos podrían ser los gentiles. Ellos son los impíos. Ellos son los que están afuera. Ellos son quienes no conocen a Dios. ¿Y sabes qué es lo interesante? Observa, no es mucho, yo creo, que Isaías tenga mucho que aportar a Pablo, tanto como Pablo tiene que aportar aquí, ¿cierto? Porque, encontramos este uso singular para describir al pueblo de Dios justo ahí en Efesios 2. Tú dices ¿Qué? Un nuevo hombre en lugar de dos. Al que está lejos, al que está cerca, comprende a un nuevo hombre. Es singular. Veamos, esto es interesante. Porque de alguna manera mueve todo a nuestro alrededor. Los que están lejos son los gentiles. Los que están cerca son los judíos. ¿Y los impíos? Los impíos son judíos y gentiles quienes rechazan a Cristo Jesús. Cristiano, lo que nos permite es poder leer Isaías con la perspectiva correcta. Puedes ver, esto no es inaplicable para nosotros. Este “Él” somos nosotros. Y cristiano, tú puedes leer esto y personalizarlo. Mira los versículos 18-19. Solo leamos esto. “He visto sus caminos”. El “Su”, el “Él,” es aquella persona en particular quien hace la paz con los que están lejos y de cerca, Ese es el nuevo hombre. Somos nosotros. Piensa sobre esto. “He visto sus caminos,” Él no está hablando sobre buenos caminos. El está hablando sobre nuestros malos caminos. Porque mira, está en contraste. “Pero” - Esto indica contraste. “Pero, lo sanaré…” Aunque he visto las cosas que fueron hechas por él. Esos somos nosotros. El que está lejos y el que está cerca. A pesar de que Él ha visto lo que hemos hecho, “Yo lo sanaré. Lo guiaré. Y le daré consuelo a él y a los que con él lloran. Poniendo alabanza en los labios. Paz, paz, al que está lejos y al que esta cerca,” dice el SEÑOR. “Y Yo lo sanaré”. Ahora volvamos al poner alabanza en los labios. Nuevamente, sabes qué, Pablo nos ayuda aquí. ¿Esa es la alabanza de cuáles labios? Ahora, tú puedes saltar y decir, Yo pienso está poniendo alabanza en los labios de los que lloran ahí al final del versículo previo. Pero sabes, si escuchas a Pablo, Pablo dice, Cristo vino y habló esto. Esta es la proclamación del Salvador. Él vino y anunció paz. Parece que la alabanza aquí es la alabanza de los labios del Salvador. Él viene a una alma y dice: “Paz. Sé quieto. Paz”. ¿Has llegado tan lejos? ¿Tus pecados te han llevado lejos, tan lejos a lo sumo extremo? Lo que obtienes es este fruto. Hay fruto para que tú te nutras. Fruto de los labios del Salvador. Paz, paz... No como el fruto original el cual teníamos prohibido comer. Este es fruto el cual tú puedes comer. Comer hasta llenarte. Paz, paz. Y estos impíos, mira los versículos 20-21 “Pero los impíos son como el mar agitado que no puede estar quieto y sus aguas arrojan lodo y suciedad. “‘Ahí no hay paz,’ dice mi Señor, ‘para los impíos.’” Aquí está el contraste. “Pero, el impío…” Puedes ver venir el huracán y las aguas - ¡qué imagen! Son las aguas de la humanidad impía ahí afuera. Espumante y problemática y lo inquieto del mar. Aquellas aguas arrojan lodo y suciedad. Es el todo de la humanidad. Solo lodo y suciedad. Todo el mundo del cual hablaba Juan. Este mundo, vino de un cierto ángulo, todo el sufrimiento, toda la impiedad, todo lo que está pasando, toda la podredumbre. Hermanos, esta es solo una imagen de inquietud. Es una imagen de suciedad y lodo subiendo. Cuando hablan acerca de las aguas que brotan. Juan fue a las Filipinas, y todo el equipo con él después de que el tifón impactó. Y sabes, los escuchas. Esas aguas que entraron, no estaban limpias. Todo estaba lleno de oscuridad y suciedad. Escuchaste sobre el equipo ahí en Houston. Y todas las aguas, estaban llenas de aguas residuales. Esta es la imagen. Todo lleno de espuma. Esta es una imagen de un hombre que no está en paz con Dios. El hombre es inquieto como el mar. Y hermanos, no le estoy hablando a personas que no saben eso. Porque algunos de ustedes aún siguen inquietos. Y todos nosotros que hemos sido convertidos en este lugar, hemos venido de eso. Venimos de donde eso fue cierto. No hay paz. No hay descanso. Tratamos de ahogarlo. Joshua nos diría que cuando estaba perdido, él solo necesitaba escuchar constantemente música. Pero eso fue como a muchos de nosotros. Solo necesitábamos ruido. Siempre ruido. Necesitamos algo en que ahogarlo. ¿Por qué? Porque el silencio - eso es un vacío. Este es un sentido de desgaste. El problema es, hermanos, el hombre tiene memoria de cómo fue originalmente creado, y no puedes escapar de eso. Porque la Escritura nos dice que tenemos eternidad escrita en nuestros corazones. Y la Escritura nos dice que tenemos una conciencia. Y la Escritura nos dice que tenemos el recuerdo de Dios. Oh, podemos tratar de evitarlo, Pero ahí está este sentido de Dios. E incluso el ateo, él sabe en su corazón mientras trata de quitarlo. Y no importa cuánto haga para borrar todo eso, debemos mirar fijamente el hecho de que la muerte está por venir. Y ahí solo hay temor dentro. Y aunque sabemos es verdad. Tú puedes hablar con alguien, y puede llorar y puede reconocer que hay verdad en lo que le estás diciendo, pero ellos aman su pecado y están afectados en sus inquietudes, Y saldrán a beber eso. Sin embargo, ellos habrían salido toda la noche y después tendrían que despertar por la mañana sin descanso, vacíos y desgastados, o incluso una persona religiosa - las iglesias están llenas hoy - ¿Cuándo es suficiente? ¿Cuándo es suficiente? Necesitamos hacer más! Necesitamos hacer más! Es como el joven rico. ¿Qué cosa buena debo hacer? Aunque, en su propia percepción, él había guardado toda la ley. Algo estaba inquietando su religiosidad. Algo siempre está inquietando. Tenemos que hacer. Tenemos que hacer. Siempre resoplando después de algo nuevo. Siempre algo - estamos buscando. Hermanos, ¿no es así? Nuestra vida siempre fue como eso. Siempre insatisfecha. Solo emanando suciedad e inmundicia e insatisfacción y vacío. Y es como si hubiera algo, sabemos. Algo en algún lugar nos va a satisfacer. Pero no lo podemos tener... Hasta que Cristo vino y dijo “Paz, paz”. Siempre tratando de escapar de la inquietud. Toda nuestra vida y todos nuestros caminos. Solo echan suciedad. Suciedad. Siempre inestable. Puedes ver las olas en agitación. Lo que pregunto es, ok, espera, ¿cómo era la gente en los versículos 20-21? Diferente a la gente en los versículos 16-18. El “Él”. Porque Dios dice Yo no estaré siempre enojado. En otras palabras, Yo estaba enojado con ellos. ¿Por qué? Por su pecado. Por su impiedad. Versículo 17. A causa de la iniquidad de su codicia me enojé. Y lo herí. Escondí mi rostro. ¿Puedes ver toda la ira? ¿Cómo es eso diferente? Es como describe a ese pueblo en los versículos anteriores, pero cuando tú vas a los últimos versículos Es como si fuera para alguien más. Sí, pero espera, ¿cuál es la diferencia aquí? Yo pienso que probablemente es la frase que está al final del versículo 18. “Lo guiaré y le daré consuelo a él”. Pero la palabra “Él” aquí se describe como teniendo los que lloran. ¿No dijo Jesus, “Bienaventurados los que lloran”? Pienso ese es el verdadero problema. Si tú estás feliz en tu pecado, estás feliz con la suciedad, estás feliz con la inmundicia, y el lodo siempre está siendo arrojado en tu vida. Si tú estás feliz y contento de vivir sin Dios y vivir sin Cristo, así que tú estás en esta categoría. ¿Pero sabes qué? Si la felicidad y el gozo se han ido, la culpa, vergüenza, remordimiento, lo sucio, el lodo te están asfixiando. Te ves a ti mismo como algo sucio y te lamentas porque quieres ser sanado. Eso es lo que tú quieres. Luego escuchas las alabanzas de los labios del Señor. Él habla, “paz”. No solo paz. Paz, paz. Es enfático. Te daré descanso. Paz, paz. Descanso, descanso. Y la cuestión es, Cristo dice en Efesios 2, Él mismo es nuestra paz. Él hizo la paz por Su sangre en Su cruz. Así que ese es el primer punto. Isaías 57. Así que, volvamos a Efesios 2. Aquí está el siguiente punto. Aquí hay otra pregunta. Lo primero es como Isaías nos ayudó. Y lo segundo es esto: ¿Cuándo anunció Cristo paz a los que estaban lejos y a los que estaban cerca? Veamos el texto. “Y vino y anunció paz a vosotros que estabais lejos y paz a los que estaban cerca”. Ahora, tres cosas llamaron mi atención sobre esto. Una es la aparente secuencia. Y tú dices, ¿Qué quieres decir? Quiero decir básicamente esto, Versículo 16 justo un poco antes es Cristo Jesús reconciliándonos al ir a la cruz. Y luego encuentras esta conjunción: “y... Vino y anunció paz a vosotros que estabais lejos…” Bueno, pareciera como si tuviera un orden. Pareciera como si hubiera una secuencia. La cruz primero. Después Él vino y anunció. Pero, quisiera preguntar esto, ¿Cristo murió en la cruz y luego se levantó y salió a predicar a los gentiles? Después de la cruz, Jesús fue resucitado tres días después. Después de 40 días, Él ascendió a la diestra del Padre. Alguien dice, bueno, esto no ha de entenderse en forma cronológica. Esto de predicarles tenía que ver obviamente con algún momento de Su vida donde tuvo Su ministerio de predicación. Tal vez. Pero también ahí hay algo más. Cristo específicamente, durante Su ministerio de predicación, Él específicamente señaló que Él no fue enviado para predicar a los gentiles. ¿Recuerdas qué fue lo que Él dijo a la mujer sirofenicia cuando ella estaba buscando de las migajas que caían de la mesa? Él dijo: “No he sido enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel”. Y en Mateo 10, cuando Jesús envía a los doce, Él dice: “No vayáis por el camino de los gentiles Y no entréis en ninguna ciudad de los samaritanos. Sino id más bien a las ovejas perdidas de la casa de Israel”. Puedes ver, el problema es que si nosotros decimos, no es tomado cronológicamente, es durante Su ministerio de predicación, yo diría, sí, pero durante su ministerio de predicación Él señala y dice no fui enviado a los gentiles. Alguien puede decir, sí, pero en Juan 4 ¿no fue Él a los samaritanos? Quiero decir, a pesar de que Él dijo eso, ¿no hubo algunas excepciones? De hecho, ¿no bendijo Él a la mujer sirofenicia? ¿No hubo algunas excepciones? Bueno, tal vez. Pero hay un detalle más aquí. Pon atención a las palabras que se emplean en Efesios 2:17 muy cuidadosamente. “Vino y anunció paz... a vosotros.” Pablo no está diciendo que Jesús vino y predicó a los samaritanos. Él específicamente dice que Jesús vino y predicó paz a vosotros los efesios que estaban lejos. Y el pronombre está ahí. Pablo está siendo muy específico. Él vino y anunció a vosotros, efesios. Bueno, quiero decir, Jesús nunca había estado en Éfeso. Ciertamente no se puede decir que Jesús personalmente durante Su ministerio aquí en la Tierra fue a Éfeso y anunció paz a esta gente. Pero aquí está el punto: La paz fue anunciada a este pueblo. Sabemos que así fue. De lo contrario no serían cristianos. Pablo no les escribiría de la manera en que lo hacía. Este es el punto. ¿Dónde encontramos primeramente el Evangelio yendo a Éfeso? ¿Alguien sabe dónde? Hechos. Tal vez la primera vez es Hechos 18. Pero aquí está el punto sobre el libro de Hechos. De hecho, vayamos al libro de Hechos. Y pon atención cómo inicia este libro. Hechos 1:1-2 Hermanos, quiero que captes esto. Veamos Hechos 18, - el Evangelio va a Éfeso por primera vez. La gente es convertida. Una iglesia se está construyendo. Pero observa el relato de Hechos al comienzo. “En el primer relato que escribí, Teófilo, trato con…” Ahora nota estas palabras. “...todo lo que Jesús comenzó a hacer y a enseñar”. Ahora solo sumérgete en esto. El primer libro - Que es el Evangelio de Lucas. Lucas escribió dos libros. Él escribió el Evangelio de Lucas (parte 1); y el libro de Hechos (parte 2). Teófilo, lo que escribí en el primer tomo, en mi primer tratado, eso es lo que Jesús “comenzó a hacer y enseñar”. Todo lo que Jesús comenzó - ¿Sabes lo que eso significa? Él no ha terminado! El Señor Jesús continúa Su obra. Escucha, Teófilo, tengo otro tomo completo para escribirte a ti. Te dije en ese primer tratado acerca de los que Jesús comenzaba a hacer. Tú escuchaste eso. Tú leíste eso. Pero ahora, voy a continuar. Ahora, voy a decirte que ahí hay más. Quiero decirte lo que el Cristo resucitado continúa haciendo. Él está sentado a la diestra de Dios en gloria eterna. Hermanos, ¡escuchen Sus palabras! Id a todas las naciones. ¿Por qué? ¿En base a qué? Él dijo toda autoridad, todo poder me ha sido dada, encomendada a Mí en el Cielo y en la Tierra. Por lo tanto, vamos. ¿Por qué? Porque yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo. ¿Qué significa eso? Significa que Él continúa obrando. Él está obrando a través de Su iglesia. Él continúa obrando. Él sigue obrando. Y sigue y sigue obrando. Porque Cristo no ha terminado de obrar. Por lo tanto, vamos. La idea completa aquí es que cuando nosotros proclamamos el Evangelio, Él lo está proclamando. Cuando enviamos un misionero, si tú ves en Hechos 13, esa iglesia en Antioquía envió a Pablo y Bernabé. Pero también dice que el Espíritu los envió. Ya ves, está en coordinación. Él está obrando a través de nosotros. Cuando una iglesia es plantada, Él hace la obra. Hermanos, si una iglesia es plantada, si la gente es convertida y añadida a una iglesia en Nepal, podemos ver eso y decir: El Señor edifica la casa. Porque trabajamos en vano si Él no la edifica. Este es Él que está obrando. El libro de Hechos es Cristo obrando. Es el Cristo resucitado obrando. Recuerdas, Recuerdas ellos fueron a la puerta llamada La Hermosa, y un hombre está brincando y saltando, gritando de alegría, y ellos dijeron: Nosotros no hicimos eso. Esta es la idea principal aquí. ¿Alguien le predicó a los efesios? Es mejor que creas alguien les predicó a los efesios. Se puede decir que Cristo les predicó a los efesios, porque Él es el único que importa. Es Su voz. Son ellos escuchando Su voz. Él hace la obra. Él tiene la autoridad de obrar. Hermanos, necesitamos de una vez y para siempre dejar atrás esta idea de que son los políticos quienes manejan el mundo. ¡No te preocupes por quién es el presidente! Nosotros sabemos quién está sentado en el trono, hermanos. Y Él está obrando. Y estamos viéndolo obrar. Y nosotros, de todas las iglesias en este mundo, podemos decir, sí, hemos visto Su mano. Tantas cosas han sucedido como nunca lo hubiéramos hecho en nuestra propia fuerza; nunca lo hubiéramos hecho en nuestra propia sabiduría. Nunca lo hubiéramos sabido. En nuestra conciencia. Hermanos, vemos esto y podemos decir: ¡Alabado sea el Señor! ¡Alábenlo por Su gloria tan excelente! ¡Alabado sea Él porque está obrando a través de Su pueblo! Esta es la base por la cual debemos seguir adelante. ¿Por qué? Porque, Teofilo, Él comenzó a obrar pero no había terminado. Y Él está obrando a través de Su iglesia ahora. Y Él está dando Su Espíritu. ¡Y ahí hay gran poder! Y recuerda la promesa: Las obras que yo hago, ustedes las harán también. Y aun mayores que éstas harán. ¿Cómo? ¡Por Él! No en nuestra propia fuerza. No en nuestra propia sabiduría. No en nuestro propio poder. Hermanos, consideren Su llamado. Él intencionalmente escoge un grupo de gente común y corriente para que Él reciba toda la gloria. Él pone todo esto en vasos rotos. Solo vasos de barro. ¿Por qué? Para que Él reciba toda la gloria. Pablo habla de esto en 2 de Corintios. ¿No es así? Oh hermanos, Cristo tiene toda la autoridad en el cielo y en la tierra. No Donald Trump. No los líderes de las naciones. ¡No te preocupes sobre eso! Su reino está avanzando. Y Él está obrando. Las personas que estaban en puestos políticos en la iglesia primitiva, ¿qué estaban haciendo? Pilato, Herodes, Cesar. Míralo - No es diferente ahora. Y sin embargo, aquí este grupo de personas, - un grupo pequeño de personas. Van a bajar y van a anunciar que este carpintero judío muerto fue resucitado. Trastornó al mundo. Eso es de lo que leímos en la Escritura. Él promete estar con nosotros y ayudarnos y a obrar a través de nosotros. Hermanos, Él dijo, esperen en Jerusalén, y recibirán poder de lo alto. Y el Espíritu de Dios vendrá sobre ustedes. Y ustedes serán Mis testigos. Él da poder al mensaje. ¿Por qué oramos antes de que yo venga aquí a predicar? Le estoy pidiendo al Señor que me ayude. ¿Por qué? ¡Porque es Él! Él es, hermanos. Hemos visto gente convertirse. No es porque me escuchen mi voz o la voz de cualquier otro hombre. Es porque escuchan la voz de Dios en ello. Esa es la realidad, hermanos. Ustedes recuerdan cómo es al final de Marcos. “Entonces el Señor Jesús, después de hablar con ellos, fue recibido en el cielo y se sentó a la diestra de Dios, y ellos salieron y predicaron por todas partes colaborando el Señor con ellos”. Eso es. O ¿qué tal esto? Somos embajadores de Cristo, como si Dios rogara por medio de nosotros. En nombre de Cristo os rogamos, ¡Reconciliaos con Dios! Ya ves, es en el nombre de Cristo. Y Dios habla a través de nosotros. Esa es la realidad. Nuestro mensaje debe ser considerado como un mensaje del mismo Cristo. Hermanos, lo reconocen cuando predican fuera en las calles, o cuando entregan esos tratados a lo largo de Houston, o están enseñando a sus niños - Madres - cuando tú hablas este evangelio y la verdad de esas palabras, Cristo está hablando. Cristo. Es esa autoridad, hermanos. Es el mensaje de Dios. Cuando hablamos, es Cristo quien habla. Lo que decimos a este mundo es declarado por Su nombre, por Su autoridad. Eso es lo que pasa. El evangelio de paz que presentamos debe ser recibido con el respeto que se debe ya que es un mensaje que viene directamente de Dios. ¿Reconocen eso, hermanos? ¿Tú reconoces eso? Sabes que en las Escrituras cuando Jesús recriminó o acusó a aquellas ciudades que no creían en Él después de todas las grandes obras que Él hizo, ¿sabes qué les dijo? Será más tolerable el castigo para Sodoma que para ti. Pero, sabes que cuando envió a los doce, Él dijo que si la gente no te escucha, será más tolerable el castigo para Sodoma que para ellos. ¿Reconoces lo que Él está diciendo? Él está diciendo que el mismo mensaje que llevaron y la misma gente rechazó, viene con la misma autoridad; viene con el mismo poder; viene con la misma urgencia de ser aceptado. Y si no lo es, aunque sea hablado por Su pueblo, es Su mensaje. Viene en Su autoridad. Y podemos decir que es Él quien está predicando. Es un mensaje directamente de Dios. Te imploramos en el nombre de Cristo, reconcíliate con Dios. Esto llena este mensaje el cual hemos hablado con infinita importancia. Nos hace temer el rechazarlo. Y hermanos, ustedes saben así como yo lo que las Escrituras dicen. Si nuestras bocas dejan de proclamar este mensaje, tenemos que preguntar, ¿cómo creerán ellos en un Cristo del cual nunca han oído? ¿Y cómo van a escuchar, hermanos, a menos que alguien vaya - Y no te obsesiones con la palabra “predicar”. Esto no significa ver a alguien parado en un púlpito. Esta es una palabra que significa proclamar. Esa es la realidad. Así que ese es el segundo punto. El tercer punto es este: Y aquí hay algo que llama mi atención. Si Cristo vino y anunció paz, eso es una necesidad fundamental. Él vino y anunció paz a los que estaban lejos y a los que estaban cerca. ¿Por qué? Porque la paz es lo más necesario. Es la necesidad de todo hombre. No solo de algunos. ¿Estás tú lejos? ¿Estás tú cerca? Tú necesitas paz. Él vino. Ese es el mensaje. Él vino. ¿Sabes de dónde vino? Él vino de los salones de gloria. Él vino de vivir en la presencia de Su Padre. Él vino del cielo. Él bajó. La Escritura dice más adelante en Efesios, Él vino a las partes más bajas de la Tierra. Él vino. ¿Por qué? ¿Sabes algo? Él hizo muchas cosas. Pero Él vino con un mensaje de paz. Es por eso que vino. Es por eso que está aquí. Él vino de fuera de este mundo. Él vino con un mensaje para nuestro mundo oscuro y depravado. Hermanos, Él sabía que vendría a un lugar donde las personas hacen cosas y involucran a las personas en la trata de blancas y hacen las cosas que Juan mencionó. Él vino a un mundo porque sabía que era así. Sabía que las personas se mataban unas a otras. Sabía que había guerras. Sabía que había matanzas. Él sabía que había fealdad. El hombre y su fealdad. En lo más feo que pueda ser. Ellos le escupieron. Quiero decir, Tú enviaste a Dios. Enviaste al Dios hecho hombre con lo radiante de la gloria de Dios sobre Él, y los hombres le escupieron y le arrancaron Sus barbas. Y lo golpearon en la cabeza. Y lo menospreciaron. Y lo odiaron. Esa es la naturaleza del hombre. Así que ¿qué no se harán entre ellos? Él dice, si le hicieron esto al Maestro ¿qué no nos harán a nosotros? Si el hombre le hizo eso a Él, ¿qué no se harán entre ellos? Todo lo que tenemos que hacer es mirar a nuestro alrededor. Se hacen esclavos sexuales unos a otros. Se matan. Es toda esta maldad, espumando, lodo e inmundicia. Toda esta vasta humanidad. Toda la vasta humanidad. He visto numerosos vídeos. Especialmente en las Islas Vírgenes y algunos de esos lugares que recibieron golpes directos. ¿Sabes cuán común las personas profanan el nombre de Dios? Casi todo el tiempo. Y Cristo bajó y vino a este mundo. Todo el lodo espumante y la inmundicia y la maldad y el descontento y la insatisfacción del hombre, y casi siempre el ir a tientas y estar odiando a Dios una y otra vez contra Dios y corriendo hacia el otro lado. Y Cristo vino en medio de todo esto. ¿No es eso increíble? Él fue donde las olas espumaban y quebrantó lo peor - justo en medio de los pecadores y de las prostitutas y recaudadores de impuestos. Paz. Es como Pablo quería resumirlo. Hmm… Si solo voy a describir lo que Cristo hizo en una sola palabra es: Paz. Tú dices, hay muchas cosas: la cruz, la justicia de Dios es revelada en el Evangelio. Sí, todo eso es verdad. ¿Pero quieres resumirlo en una sola palabra? Ahí está. Nosotros lo provocamos. Piensa: Él vino! Él vino! Él sabía. Él miró. Su Padre dijo: ¿Estás dispuesto a ir? Estoy dispuesto. ¿Sabes lo que costará? Estoy dispuesto. Yo iré. Tomaré el mensaje de paz. Sabes que tendrás que ganar esa paz para ellos. Y el sufrimiento será indescriptible. Pondré un vaso en tus labios y beberás cada gota. Yo iré. Él vino. Él vino. La Escritura nos habla sobre el castigo de nuestra paz. Él tomó el castigo severo. Hermanos, sé que todos los que están aquí tienen este sentido interior de Dios. Todos lo tenemos. Para algunos de ustedes, eso no les gusta. Son perturbados por eso. Pero preguntaré a todos aquí, ¿Estás en paz? Porque Jesus dice: “Venid a Mí, y Yo os haré descansar”. Sé honesto. No juegues aquí. No quieres ir a tu lecho de muerte y encontrar que no hay descanso ahí. Que no hay paz. ¿Hay ahí reposo? ¿Hay paz entre tú y Dios? ¿O lo sientes? Tu vida no está en reposo. La suciedad, la inmundicia. El pecado. La lujuria. La codicia. Solo la impotencia. Sin embargo, existe este desgarro. Sé que lo que predican aquí es verdad. Pero quiero mi pecado. Y solo hay esta inquietud! Y ahí está esta confusión. Y el diablo estará justo ahí. No tendrás que lidiar con eso hoy. Tal vez mañana está bien. Mañana. Aplázalo… Déjalo para más tarde... La cosa es, Las personas fuera en este mundo, no lo saben. No saben esta realidad. No saben acerca de Cristo. El mundo en general piensa, sí, eso es confuso, pero son mis circunstancias. Es mi esposa. Debo conseguir una esposa diferente. Es mi jefe. ¿Por qué tomé este trabajo? ¿Por qué terminé con hijos así? ¿Por qué tenía que nacer en Key West? Ahora mi casa se ha ido. Son todas mis circunstancias. Me han causado problemas. Podría estar viendo el fútbol. Ahora tengo que huir de mi hogar. Son todas mis circunstancias. ¡Mi vida apesta! Oh, solo necesito vacaciones. Necesito alejarme. Todos están convencidos... Necesito un poco más de dinero. Necesito una vida mejor. Algo más. Hermanos, Jesús ha venido y no hay nadie mejor calificado para venir y anunciar paz. Él es el Único que hizo paz entre Dios y el hombre, y Él tomó toda esa enemistad, Él tomó el castigo severo. Y para todos esos pecados. Es decir, para los malos. Los cuales tú no quieres que nadie sepa. Aquellos que te averguenzan. Pero los que parecen ser buenos también. Los que podemos llevar en el exterior y son bien aceptados por el mundo. Toda nuestra idolatría y toda codicia. Toda la hipocresía y religión. Todo eso. Él se hizo pecado. Solo diría esto, Los que están lejos, los que están cerca... Algunos de ustedes, tal vez, están muy lejos. Estás justo ahí en la boca del infierno. Tambaleándote en el borde. Estarías muy avergonzado si la gente supiera lo que has hecho. De hecho, para describir lo que has hecho podríamos decir es más animal que humano. Es más demoníaco. Si ese eres tú, debes de escucharlo: “Paz a ti que estás lejos”. ¿Qué tan lejos? Lejos. Estás muy lejos. Puedes decir, ¿Después de lo que he hecho? Sí, ¿dónde te pone eso? A una distancia muy lejos. Pero Él te anuncia a ti que estás lejos. Paz. Está en paz. ¿No me viste venir? Fui entre los peores pecadores cuando caminé en esta Tierra. Y les declaré paz a ellos. Y Él dijo al recaudador de impuestos y a las prostitutas, están entrando de una vez al Reino. ¿Por qué? Porque puedes estar ahí afuera tambaleándote al borde del abismo. ¿Alguno de ustedes vive tu vida así donde vas solo rumbo al infierno? Empecinado. Tambaleándote al borde del abismo y solo jugando con tu alma. Manejando por la carretera a 140 millas por hora. O emborrachándote... y siempre viviendo al borde. Desafiando a Dios para matarte. Y Él te llama desde ese borde. Él dice: “Paz”. Pero luego el cercano: Sabes hay niños aquí, tal vez tú has estado bajo convicción numerosas veces. ¿Recuerdas al hombre ahí en Marcos 12? Aquella pregunta: ¿Cuál es el mandamiento más importante de todos? Jesús dijo amarás a Dios, amarás a tu prójimo. Y el escriba dijo: “Muy bien, Maestro”. Jesús le dijo: “No estás lejos del reino de Dios”. Y tenemos gente como esa. Nunca has estado al borde. Te has sentado bajo la Palabra. Has estado expuesto a ella. E incluso te gusta. Tú puedes estar leyendo la Biblia. Puedes estar bajo convicción en diferentes ocasiones. Tú eres uno de aquellos que están cerca, pero nunca has cerrado con Cristo. Has tratado de ser religioso, pero eres como el joven rico. Siempre tan cerca. Siempre tan moral. Pero algo no te deja descansar. Tú puedes estar cerca. Pero si te falta Cristo, no importa cuán cerca estés, has perdido el autobús. Pero incluso tú... Es como, sí, pero la hipocresía y la autojustificación y la religiosidad. Pero Él dice: “Ven. Te llamo de igual manera”. ¿Tú eres religioso? Eres como Nicodemo. ¿No como Zaqueo? Ven. Al que está lejos o cerca. Ven. Paz. ¿Recuerdas lo que dijo Jesús a la tormenta? Paz. Cálmate. Y cesó. Y muchos de nosotros aquí, sabemos eso. Nuestras vidas solo de inmundicia y suciedad y estiércol y lodo y olas e inquietud... Oh, esas mañanas de domingo. Resaca y con ese desgaste. Sin descanso. Lo mejor que hacer es ponerme lo más sobrio posible para poder beber más y no tener que pensar en ello. Solo pon una película. Lleguemos al medio día para que haya fútbol y pueda olvidarme de esta molestia. Tengo que reunirme con mis amigos. Vamos a drogarnos. Haz algo. Algo. Para algunos es, tengo que ir a la iglesia. Tengo que ir a la iglesia. Hablé con una hermana hace una semana y media que de hecho bautizamos. Ella estaba diciendo que sentía la necesidad de ir a la iglesia. Tenía que estar haciendo algo religioso. Debía seguir; y seguir. Para mí era ir al partido de fútbol. Ir a dónde pudiera tomar de nuevo y no vomitar. Y para ella era el ir a la iglesia. Hermanos, podríamos decir estaba lejos y todo el tiempo el Señor vino a este mundo, Él sabía que venía a personas exactamente como estas. Y Él dice: “Paz”. Yo sé quién eres tú. Eres digno de estar en el infierno. Tú eres asqueroso y contaminado. Y mereces juicio. Pero, Yo soy el resplandor de la gloria de Dios. Yo declaro al Padre. Y he venido a este mundo para que tú sepas que Jesús manda a los pecadores venir. Paz. Paz. He ido a esa cruz. He tomado tu castigo en Mi cabeza para tu paz. Ven. Tómala. Padre, oro para que ese mensaje de paz llegue a los oídos y que Tú sanes a “el”, así como lo dice en Isaías 57. Señor, sánale. Sana a este verdadero Israel. Aquellas ovejas extraviadas. Aquellos que comprenden este nuevo hombre. Señor, traelo. Dale oidos para oir. Al que está lejos o al que está cerca que tengan oídos para oír, Paz. Paz. Paz por la sangre del Cordero. Paz porque Él tomó toda la enemistad sobre Él mismo en la cruz. Ten misericordia, Padre. Por favor, ten misericordia. Te lo pedimos en el nombre de Cristo. Amén.