Cristiano, tienes un ministerio en la iglesia

Categoría: Corte de Sermon

No debemos pensar que las responsabilidades del ministerio en la iglesia les corresponden solamente a los pastores. Los ancianos tienen un ministerio, pero una gran parte de su ministerio es capacitar a todos los demás miembros de la iglesia para su propio ministerio. Cristiano, tú tienes un ministerio en la iglesia.


Estamos demasiado propensos a cierta mentalidad en este país, y me temo que alrededor del mundo, sobre el puesto que los pastores y maestros deben ocupar y la prioridad que ellos tienen, porque la realidad es que ellos no son los que principalmente son llamados al ministerio en la iglesia. Lo son, pero la realidad es que si definimos el ministerio e identificamos el ministerio como algo que básicamente le corresponde al pastor-maestro, entonces estamos perdiendo el retrato que se nos da aquí. Capacitar a los santos es clave. Todo lo demás hasta el final del v. 16 es el resultado de la capacitación. Mira lo que pasa. Solo sigue el texto. Cuando los santos son capacitados – primera frase preposicional, v. 12, ¿qué pasa? Como resultado harán la obra del ministerio. Cuando hacen la obra del ministerio el cuerpo será edificado. Pero sigue avanzando a versículo 13. Entonces viene la unidad de la fe. Entonces viene el conocimiento del Hijo de Dios. Entonces viene el hombre maduro y la estatura de la plenitud de Cristo. Entonces ya no seremos niños sacudidos por las olas. Entonces hablaremos la verdad en amor. Entonces creceremos en todos los aspectos en Cristo. Entonces haremos que el cuerpo crezca y la iglesia se edifique en amor. La forma en la que versos 13, 14, 15 y 16 toman lugar en la iglesia depende de cómo lees la segunda frase preposicional en v. 12. ¿Entiendes todo esto como la responsabilidad del pastor para realizarlo todo? ¿O ves la responsabilidad del pastor como siendo primordialmente capacitarte para que tú lo hagas? Ya ves, esto hace toda la diferencia. Cuando pasas por las puertas, y entras a la congregación, tienes una función en la iglesia – no solo dentro de estas paredes, sino durante toda la semana. Si tu mentalidad es: Oh, los pastores hacen esto. Y en gran manera esa es la mentalidad en la iglesia. La iglesia es más bien una audiencia. Es más la mentalidad de espectador. Pero este pasaje no da lugar a eso. Básicamente lo que esto le dice a cada uno de ustedes es que tú tienes un ministerio para que esto se realice. Hace varias semanas dije: Miren, precisamos de cada uno de ustedes. Necesitamos su ministerio. Lo necesitamos. Claro que se necesitan los hombres que se paran en el púlpito. Y eso no quiere decir que como el pastor-maestro lo único que hacemos es pararnos en el púlpito. Nuestro ministerio de enseñar, nuestro ministerio de la Palabra y la oración, viene y impacta a la vida de la iglesia no solo desde este púlpito de madera, sino en diferentes maneras. Pero la realidad es que el papel que jugamos aquí no es solo entretenerte. No es solo lo que sucede en el mundo. No es solo lograr que te sientas bien. No es traer al cómico cristiano para que todos se rían. Saben, la realidad es que lo que se debe suceder es que todos debemos discernir cómo capacitar. Esto es desde la perspectiva del pastor-maestro. Debemos buscar la mejor manera de capacitarles de manera eficaz. Y saben qué, la realidad es que puede haber hombres que dirigen las iglesias que hacen precisamente lo contrario. Tiran abajo esta realidad. Previenen que funcione. Y te digo que una de las maneras en la que previenes que funcione es solo al no entender bien la segunda frase preposicional hasta donde decimos prácticamente, ¿Sabes qué? Los ancianos en esta iglesia – ellos hacen todo. Ellos están en el ministerio. Y solo enfatizas y presionas y suprimes a la iglesia de tal modo que no hace nada. No puede actuar. Nosotros debemos involucrarnos en todo. Debemos microgestionar todo. No puedes hacerlo. Nosotros decimos esto. Nosotros vamos a hacerlo. Vamos a hacerlo todo nosotros. Nosotros haremos el evangelismo. Y nosotros haremos la visitación. Y nosotros vamos a aconsejar. Y nos da miedo que vayas a dañar todo, entonces solo queremos que se queden atrás sentados. Eso está mal. Ese no es el retrato que las Escrituras nos dan aquí. De ninguna manera.