Creyente: no todo se trata de lo que no se debe hacer

Categoría: Corte de Sermon
Tema:

Lo que caracteriza al cristiano no es que no hace lo malo, sino que es celoso de buenas obras. Debemos alejarnos de un cristianismo que tiene un énfasis negativo; donde la atención se centra en todo lo que no se hace.

Transcripción

¿Saben qué clase de Jesús no encuentran ustedes en sus Biblias? No encontramos la clase de Jesús que no fumaba, no bebía, no veía películas para mayores de 17 años, no mandaba a Sus hijos a la escuela pública, no llegaba tarde a la iglesia. No encontramos a ese Cristo. Tú dices, ¿qué? Escucha. Mi énfasis es este: No encuentras a este Cristo con énfasis negativo en las páginas de tu Biblia. Hechos 10:38 no dice que Jesús iba de un lugar a otro no haciendo lo malo. Ese no es el Jesús de la Biblia. Tú dices, ¿qué? ¿Estás diciendo que Él hizo lo malo? No. Solo estoy diciendo que ese no es el asunto. Tan a menudo encuentras gente religiosa, cristianos profesos. Bueno, ¿qué hay de malo en eso? Bueno, yo no hago eso. Ya sabes, la típica actitud fundamentalista: Yo no bebo; no fumo; no bailo. ¿Y? Dices: ¿Qué?, ¿el pastor está diciendo que se puede? Estoy diciendo esto: Somos llamados a ser seguidores de Cristo. Cuando haces inventario espiritual, ¡obvio que es bueno que no hayas visto pornografía esta semana! ¡es bueno que no hayas golpeado a tu esposa esta semana! Hermanos, esas cosas se dan por sentado. Si ese es el nivel al que estás tratando de vivir tu vida cristiana mi amigo, no entiendes completamente nada del por qué Jesús salvó a un pueblo. ¿Has leído alguna vez que Él salvó a un pueblo para posesión Suya, y qué lo caracterizaría principalmente? ¿El hecho de que no hace lo malo? Hermanos, que ¡ellos serían celosos de buenas obras! ¡Es eso! Terminen con la tendencia a este tipo de cristianismo negativo. Uno le pregunta a algunas personas acerca de su cristianismo, y es como… es todo lo negativo. Todo es acerca de lo que no hacen. Escuchen, Jesús no nos salvó solo para que dejáramos de hacer cosas malas. ¡Por supuesto que Él hizo eso! ¡Por supuesto, por el Espíritu, hacer morir las obras de la carne! ¡Por supuesto, eso! Pero hacer el bien, hacer lo bueno. Esa es la voluntad de Dios, que al hacer el bien se haría callar la ignorancia de la gente necia. De la misma manera, ¿no dice la Escritura deja que tu luz brille ante los hombres para que puedan ver tus buenas obras y dar gloria a tu Padre que está en el cielo? Justo ahí en Efesios lo encontramos. Somos hechura Suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras. Hermanos, esta es el alma y el corazón. De nuevo, cuando hablamos de hacer un primordial esfuerzo de tu vida el orar, uno de los esfuerzos principales de nuestras vidas es hacer el bien. Para tanta gente, es “No falté a la iglesia el domingo”. Escucha, ir a la iglesia es bueno. No dejar de congregarse es bueno. ¿Pero por qué nos juntamos? Para estimularnos unos a otros al amor y a las buenas obras. ¿Te fijas?, ese es el asunto. Que estés aquí, es solo para equiparte para la verdadera obra: Para salir por estas puertas y entre unos y otros y entre el mundo acá afuera en medio de todo esto. Hermanos, hermanas, hagan el bien. Dejen que esa sea la bandera que flamee sobre su vida. Hagan el bien. No solo vivan su vida sin embriagarse, y luego buscando egoístamente vivir para su propio beneficio, para su propio bien. Busquen cada ocasión de hacer el bien. Busquen oportunidades. En su oración secreta, pídanle a Dios: Por favor, abre puertas. Es asombroso cuántas veces mi esposa ha dicho: “Le pedí al Señor una oportunidad para evangelizar y Él la trajo”. Casi al instante. Como ese día. Inmediatamente. Yo también encuentro que es verdad. Pidan al Señor por oportunidades para hacer el bien; la puerta se abrirá de golpe. Solo pídanle, Pídanle a El.